Tenía doce, vivía en el campo… pasaba por los sauces y la casa de mi vecino, todos teníamos mucho patio con plantaciones… hacía calor, el perro de mi vecino me ladró pero como saludo. Para llegar a mi casa había que saltar una asequia mediana, yo me ponía al medio con las piernas abiertas y orinaba en dirección de la corriente, mirando al fondo como jugaban los niños a la pelota, la asequia después se perdía en el pueblo. Mi casa estaba encima de una base de piedra, tenía un pasillo externo, al lado derecho mirando hacia el pueblo estaba la cocina, al entrar mi madre estaba picando algo, tenía ollas al fuego, hacía calor, ella es pequeña y menuda, pero se ve una mujer fuerte, entro a la cocina y no me nota, tampoco trato de saludarla, voy hacia la puerta hacia la izquierda donde hay un pasillo donde están las habitaciones. Todas para aprovechar la luz tenían puerta con vidrio nublado y rugoso, al llegar a mi habitación miro al frente y veo que está mi padre en la suya… la silueta decía dos cosas, estaba de pie y desnudo. Ahora entro a mi habitación y dejo de ser yo para ser un observador omnisciente, y entro a la habitación de mi padre. Un hombre con el cuerpo marcado, grueso, moreno por el trabajo en el campo, esta masturbádnosle de pie (él es mucho menor que mi madre), derrepente cierra los ojos apretando su pene y eyacula, para mi sorpresa su semen es negro y queda en su abdomen. Vuelvo a mi cuerpo, a mi habitación, me siento en la cama después de ver a mi padre recuerdo algo… estaba en la ducha, una ducha antigua en un cuarto de baño amplio, de piso de losa… me ducho y èl llega y entra, yo no lo quiero ahí conmigo, él me toca, y yo estallo empieza a tocarse, a masturbarse yo no quiero verlo, no quiero estar ahí, a él no le importo, sigue tocándose… yo creo que lloro cierro los ojos mientras me lleno de agua.
1 comentario:
Tus sueños están muy buenos! me gustaron mucho, sobretodo este y el número 8.
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