viernes, 7 de agosto de 2009

5 de agosto de 2009

Jugaba con tu cuerpo mientras me hablabas dormido. Seguía tus conversaciones igual que tus brazos y tus contorciones acrobáticas que hacían de ti una hoja rotatoria en plena caída. Regresaba a tu perfil dormido y hacía constelaciones proyectadas en el cielo celeste de luna menguante. Y dormitaba a penas pensando en nosotros ahí, en el sur y la lluvia orográfica tan típica de julio. Y silencios. Y te buscaba los ojoscuros que aparecían derrepente en la noche exigiéndome cariño.

3 comentarios:

Leonardo dijo...

Aw

Saint Jarh dijo...

Lo mismo pensaba hace millones de años, cuando tenía.

Señor Gustavo, tienes un buen motor lleno de vellos chistosos y bien hescritos.

Le doy un saludo de bienvenida, pues lo compartiré.

Perséfone dijo...

:)! husted hescribe mull biem...

me encanto!