jueves, 17 de abril de 2008

dice de abril

Mi padre tenía razón, tú y yo deberíamos tener hijos, todos lo que pudiésemos, todos los que nazcan de amores nocturnos, ebrios, sobrios, en el sillón o en el piso. A todos les pondríamos esos nombres extraños que salen en los libros, como Lázaro o Domingo o Julieta, todos tendrían tu apellido primero porque realmente tú los llevarías adentro, y tendrían un poco de todo tuyo y un poco de todo mío. Y harían el amor con otros nenes y otras nenas, y tendrían hijos como ha sido por siempre. Y no alcanzarían mis padres ni los tuyos para nuestros hijos, cada uno tendría un déficit desatencional según el orden de crecimiento. Tendríamos dientes de leche para llenar un tarro, calcetines para hacer un teatro entero de títeres. Te amaré siempre hasta que seas vieja y yo enfermo y tú menopáusica y yo malprostático, y tendríamos muchos hijos que nos cuidarían y tendríamos otros muertos o vivos en otros lugares de la tierra y seríamos nosotros desparramados por todas partes, nosotros en la tina, nosotros en la cama, y el amor en un cachito nocturno erótico de un puerto o en las montañas o en la ciudad. Poblaríamos las tierras que fueron olvidadas. Poblaríamos cada lugar donde no fuimos nunca, cada lugar donde hubiésemos hecho el amor sin detenernos. Cada lugar que no grabó tus jadeos ni mi sudor, misceláneos perfectamente fundidos.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

hurgando las intimidades de tu piel...jojojoj

JuanPablo dijo...

me gustaría tener un hijo, pero no se
y me gusta como subes la tensión en el texto
saludos!

Paup dijo...

oye, gustavou. está lindo tu blog.
quiero tomar té contigo un día.

Macarena dijo...

tu blog me dejo wow :O