Te detallé todo la primavera vez que nos vimos. Sos tan agua. Tanto, que te mueves como un pez de aroma tibio que besa húmedo. Como si agonizaras con el aire. Como si no pudieses respirar sin la sal de la piel en la espalda. Ni vivir sin los ahogos de agua tinta en los que despiertormíamos.
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